"Para amar a una persona y perdonárselo todo basta con contemplarla un rato en silencio. A veces vivimos durante muchos años al lado de otra persona y sólo vemos de verdad en el momento de sobrevenirle una desgracia."

martes, 25 de junio de 2013

LA BELLEZA DE LA PUREZA



Después de la publicación de la foto de Bre y su esposo Josh, hubo una reacción casi viral, Bre decidió empezar un blog llamado: El Poder de la Oración, para compartir la historia detrás de la imagen.

La pureza sexual no es fácil hoy en día. Pero Dios nos llama a mantener a salvo la intimidad sexual para la relación del pacto del matrimonio. Hebreos 13:4 dice: "Tengan en alta estima el matrimonio y la pureza conyugal, porque Dios juzgará a los adúlteros y a todos los que cometen inmoralidades sexuales.” Para quienes han desobedecido la orden de Dios hay gracia y perdón a través de Jesús. Y esta misma gracia debe motivar a todos nosotros - a pesar de nuestros errores del pasado - a ser santos como nuestro amoroso Padre Celestial es santo (1 Pedro 1:15-16). Si estás saliendo o estás comprometido y luchando para honrar al Señor en tu relación física, yo ruego que la historia de Bre y Josh te anime. ¡Obedecer a Dios es siempre lo mejor!

La Historia Detrás De La Foto
Momentos antes había ido a caminar por el pasillo, mi futura suegra entró en el vestuario donde mis damas de honor y yo estábamos con risas nerviosas y revoloteando por terminar detalles de última hora.

"¡Cariño, tu novio está llamándote!”

Hecha un manojo de nervios le dije: "¿Qué? ¡No estoy lista! Tengo que ponerme mis zapatos y..." Ella ya había tomado mi mano y me llevó a una esquina, donde mi novio estaba esperando. Apenas me senté, me llené de tanta expectación! Tanta emoción! Muchos nervios!

"¿Le gustará mi vestido? ¿Se ve bonito mi cabello? ¿Puede verme?"

Justo a la vuelta de la esquina se sentó mi futuro marido; estaba nerviosa, por si él podría verme y con la esperanza secreta de echarle un vistazo a él. En mi estado de nervios yo fui la primera en hablar,

"¡Hola cariño! ¡Nos vamos a casar hoy!"

"Lo sé querida y yo quiero orar contigo antes que lo hagamos."

Allí nos sentamos alrededor de la esquina tomados de la mano, y juntos bajamos la cabeza. La gente estaba corriendo alrededor, y el coordinador de la boda dirigía a las personas aquí y allá, los fotógrafos tomando fotos y los invitados a la fiesta de boda disfrutaban la compañía unos de otros. Sin embargo, en ese momento, en la quietud de nuestros corazones y mentes, mi marido y yo estábamos solos en la presencia de nuestro Salvador, Jesucristo.

Mi marido pidió a Dios que bendiga nuestro matrimonio, que a en las buenas o en las malas juntos nunca perdiéramos la esperanza en el otro. Que en lugar de centrarnos en las imperfecciones de ambos, que siempre nos basaríamos en la perfección de Cristo. Que nos levantaríamos todos los días para escoger amar al otro no a través de nuestra propia fuerza, sino por el poder del amor perfecto de Cristo.

Con nuestras manos apretadas con fuerza el uno al otro, juntos dijimos "Amén", ambos con voz temblorosa, mientras me llevaron lejos limpié las lágrimas de mi cara y me puse el velo.

Después de que mis damas de honor, madre, suegra y cualquier otra chica en la sala me habían terminado de comprimir, rizar, ponerme y quitarme hasta hacerme sonrojar, me miré en el espejo. Allí estaba yo, llevaba mi vestido de novia blanco puro, listo para caminar por el pasillo hacia mi príncipe azul.

Mira, no es sólo mi príncipe azul por su aspecto increíblemente guapo, o su maravilloso humor, o el hecho de que tenemos mucho en común. Él es mi príncipe azul porque me ayudó a proteger el don más precioso que poseía, mi pureza.

Poco después de haber empezado a salir con él, nerviosamente le dije a mi príncipe que yo era virgen y planeaba serlo hasta la noche de mi boda, a lo que respondió que él nunca lo había pensado de otra manera.

A lo largo de nuestras salidas y el compromiso, constantemente luchamos y a veces se sentía como una batalla perdida. Luchamos contra la tentación, con la oración, las Escrituras y la rendición de cuentas. Había amigos vigilando que no estuviéramos juntos hasta tarde en la noche y que él se reuniera regularmente con otros hombres de Dios a orar por fuerza. A veces, sobre todo cuando la boda se acercaba, pensábamos que estábamos tratando de hacer lo imposible.

"¿Por qué estamos haciendo esto?" Me preguntaba en mi debilidad y él me recordaba: es porque Dios nos había dicho demasiado.

"No puedo hacerlo, no puedo ... esto es demasiado duro!" él me confesaba y yo oraba por su fuerza.

Cuando caminaba por el pasillo con mi vestido blanco, miré directamente a los ojos del hombre que se había puesto a sí mismo para proteger y honrar a la esposa que Dios le había dado.

Cuando sus ojos se cruzaron con los míos, él vió al rostro de la mujer que había esperado para él, la mujer que lo apoyaría y lo amaría por el resto de su vida, en las buenas y en las malas.

Comparto todo esto porque en esa oración que hicimos, que fue capturada aquí en la cámara, le pedimos al Señor que usara nuestra boda para darle a Él toda la gloria que merece por derecho. No habríamos llegado a donde estábamos en nuestra propia fuerza, sino por Su mano de protección sobre nuestra relación.

¡Dios ha usado esta foto para inspirar a cientos de miles de personas ya y por eso hemos sido humillados y honrados! Quería dar un paso más allá y dar a Dios la alabanza y agradecimiento por cómo llegamos a esa esquina tranquila, tomados de la mano y listos para comenzar nuestra vida juntos.


Fuente: The Beauty of Purity [Joshua Harris
Traducción: Angélica R. Santos
Edición: Rubén RuYs
Fotografía: Kim D. Burke

También es La Belleza de la Pureza (Slice of Love - Facebook)