He escuchado muchas veces la frase "se casaron tan enamorados el uno del otro", pero usualmente el contexto en que los he escuchado ha sido cuando dicho matrimonio está a punto de romper.
Es una dolorosa realidad, pero lo es, lo queramos aceptar o no; entonces voy comprendiendo que lo que muchos llaman estar "enamorado" no basta para iniciar una relación y mucho menos para casarse.
No es que el término esté mal, lo que está mal es el significado que cada persona le ha ido atribuyendo a ese adjetivo, "enamorado", cuando yo lo escucho pienso en algo, pero no sé si los demás piensen lo mismo; y es que se ha corrompido tan sutilmente el término que ha llegado a ser tan fácil de decirlo y de anunciarlo, que poco a poco ha ido perdiendo su importante valor.
Bueno, entonces, si el estar "en amores" (enamorados) no basta para casarse ¿qué puede asegurar un feliz matrimonio para toda la vida? La respuesta es sencilla, el estar felizmente casado, no significa que no habrán problemas o inconvenientes conyugales, sino que con sabiduría han sabido sobreponerse a ellos.
Es curioso cómo hay la equivocada idea de que los matrimonios son siempre felices y muchos entran en los lazos del matrimonio creyendo eso, erradamente.
Y es que olvidamos que la unión matrimonial es sólo el principio de una hermosa, pero a la vez complicada etapa, lo que la hace aún más hermosa.
Como alguna vez una persona dijo: "... para decir que amas a alguien debes haber conocido mucho de ella, no se puede amar en la ignorancia, y debes saber que el amor es algo que se nutre día a día...", por lo que deduzco que diariamente debemos seguir conociendo a aquella persona a la que decimos amar, una labor que nunca acabará y nos llenará de gratas sorpresas.
"Un matrimonio perfecto no se da cuando se casa una pareja perfecta, sino cuando una pareja imperfecta aprende a disfrutar y tolerar sus diferencias"
